SALTA (Redacción) – Esta mañana tuvo lugar una inusual protesta frente a la sede del Ministerio de Salud Pública de la Provincia. En la intersección de Jujuy y Mendoza, un discapacitado cortó la calle para reclamar que le arreglen su silla de ruedas. Además, el hombre denunció que su elemento de movilidad está todo hace casi dos meses y que no ha tenido ninguna solución. A raíz de ello, numerosos vehículos afrontar problemas para cruzar por la zona.
En diálogo exclusivo con SALTA4400, el damnificado comentó detalladamente cuál era su padecimiento en plena cuarentena obligatoria. A pesar del intenso tránsito en esa esquina, se ubicó en la mitad de la calle junto a su silla de ruedas dañada. Además, apoyó en una manta celeste mientras aguardaba por la intervención de algún funcionario de la cartera provincial. Al mismo tiempo, sostenía un cartel que posee la leyenda: «Necesito la silla. No me solucionan».
Protesta
En primer lugar, el hombre comentó que el pasado lunes 18 de junio había concurrido al ministerio, donde entregó su silla para que la arreglaran. «Es reforzada, no es de lata y plástico como las que dan», expuso. Igualmente, admitió: «No reclamo por eso. Está bien, tienen voluntad, pero se rompen». Ante ello, expresó que el motivo de su enojo es que le devolvieron su silla con «una rueda torcida». Por eso, cuestionó: «¿Tengo que esperar a que se me termine de romper?».
Incluso, el sujeto aseguró que desde la cartera ya le informaron que no le darán otro elemento para que pueda movilizarse. De esta manera, enfatizó: «Qué me arreglen la silla que yo entregue». «Si la aceptaron, ¿Por qué me tienen dando vueltas?», vociferó. En tanto, contó que minutos después de haber iniciado su protesta recibió una respuesta de las autoridades sanitarias. «Me dicen que me la van a arreglar el martes. Bueno, ahora voy a esperar acá hasta el martes», desafió.
En esa línea, el individuo apuntó duramente contra el ministerio. «Ahí dice Secretaria de Discapacidad y Políticas Inclusivas. ¿Inclusivas de qué? Qué me devuelvan mi silla arreglada. Estoy esperando desde el 18 de mayo. Tengo paciencia, pero a veces se acaba», proclamó. Lejos de intentar bajar los decibeles, el hombre en situación se preguntó: «¿Por qué tengo que estar esperando que me arreglen la mía? ¿Se están ‘choreando’ la plata, o qué onda? ¿Por qué me la aceptaron entonces?».
