SALTA (Redacción) – Las medidas implementadas por las autoridades gubernamentales durante la pandemia, afectaron el ciclo lectivo 2020. A pesar de incentivar las clases virtuales como herramienta para no cesar con la educación, muchas localidades no pudieron implementar esto. Es el caso de una escuela de Baules, ubicada en General Mosconi, la cual se encuentran olvidada por el Gobierno de Salta y no cuentan con los recursos para que sus alumnos sigan aprendiendo.
El director de la Escuela N° 4814 “Finca Baule” en Baules, Roger Fabián Pérez, indicó que hay 27 chicos que «aprenden como pueden» y que está olvidados y postergados por el Gobierno de Salta. Estos chicos cursan desde primero hasta séptimo grado, pero no cuenta con recursos para llevar a cabo el ciclo lectivo virtual. Ante esto, recibieron cartillas por parte del Ejército Argentino y luego de Provincia. No obstante, el aprendizaje aún continúa complicándose.
El director de esta institución educativa lamentó no poder saber si efectivamente aprenden o no los conocimientos. “Los papás se encargan de hacerlos aprender”, explicó. Además, remarcó que hay muchos de esos alumnos que no pudieron retirar el material, por lo que se encuentran sin estudiar. Según declaró, esto se debe a que viven a 2 o 3 horas de la escuela o por otras razones relacionadas con la pandemia.
Precarias condiciones
Pérez explicó que esta localidad de General Mosconi está castigada por la pobreza y atraviesa por una complicada situación sanitaria al encontrarse cerca de la frontera con Bolivia. «Estamos funcionando en una escuela rancho de madera nosotros, en una zona muy castigada por la pobreza y no se puede trabajar virtualmente porque no hay conectividad, ni señal», aseveró.
Además cuentan solamente con 4 maestros, quienes solo se pueden comunicar mediante mensajes de texto y llamadas. Por este motivo, uno de los padres realiza trabajos de supervisor durante el contexto de pandemia e informa el seguimiento de los alumnos. Para finalizar, remarcó que cuando trabajan, lo hacen en precarias condiciones. “A veces no se puede trabajar con el calor, tenemos la chapa a un metro de la cabeza”, sentenció.
