SALTA (Redacción) – Orán atraviesa por momentos bastantes críticos en cuanto a lo sanitario, económico y político. La pandemia causó estragos en la localidad del norte salteño y provocó un escenario difícil de manejar para el intendente Pablo González. En el marco de las renuncias, las marchas y la falta de recursos en los hospitales, se conoció que la intendencia le pagó al arzobispado para alojar pacientes con COVID-19.
Un periodista local, Samuel Huerga se encargó de difundir esta información. Según detalló, el arzobispado habría cobrado aproximadamente $500.000 por alojar a pacientes en el lugar que usaban como casa de retiro. Sin embargo, la situación es aún más lamentable porque ni siquiera llegaron a prestar el servicio por el cual pagaron.
Estos números se conocieron en el marco de la salida de una serie de documentos que exponen a la gestión actual por los pagos realizados a hoteles durante de la emergencia sanitaria. Ante esta situación, el periodista remarcó que comenzaron a pedir el listado de la gente que se alojó. «Estaríamos frente a la facturación de un servicio que no se prestó», manifestó el comunicador de Orán.
Irregularidades
Huerga relató que la casa de retiro religioso si alojó a algunas personas, pero nunca estuvo llena, solo alojaba a pacientes que estaban de paso. No obstante, señaló que el cuestionamiento radica en que hubo una gran cantidad de dinero para un servicio que no se brindó como debería haberse brindado. Además, remarcó el hecho de que muchas veces las personas tuvieron que aislarse en sus casas porque el COE no les conseguía lugar.
«La casa de retiro estuvo unos días con 20 pasajeros, pero la mayoría fue enviada a su casa», declaró. Y agregó: «La critica era que no se dispuso lugares y ahora aparecen instituciones facturando, en plena pandemia se siguen haciendo negocios crueles y viles que les cuestan la vida a personas”. Puso de ejemplo a unos trabajadores golondrinas quienes no consiguieron un lugar y, según Huerga, fue el inicio del contagio comunitario.
