SALTA (Redacción) – La crisis habitacional, producto de una postergación histórica y de la cual nadie se responsabiliza de manera integral, toma dimensiones impensadas aunque predecibles. En este marco, se conoció que Yuthiel Alderete, cabecilla de las familias presentes en los asentamientos de Parque La Vega, resultó ser un paciente positivo para Coronavirus.
Alderete fue detenido el miércoles pasado, al mediodía, a pocas cuadras del asentamiento. Cuando volvía junto a otros delegados de una reunión con funcionarios provinciales en el Centro Cívico Grand Bourg, donde habían sido citados, los detuvieron en circunstancias un tanto sospechosas según sus pares. Aparentemente, en determinado momento Alderete habría expresado que podía tener coronavirus cuando efectivos estaban por detenerlo.
Sin desalojo pero con un riesgo de transmisión inconmensurable
Se supo que a Alderete le solicitaron análisis de sangre y un hisopado hace dos días, los que fueron realizados por personal del hospital Papa Francisco y recientemente se conocieron los resultados que arrojaron: «COVID-19 detectable». «Este resultado da la pauta de que el asentamiento es un peligro. Puede convertirse en una bomba de contagios. Nos preocupa mucho la salud de las familias», expresaron fuentes ligadas al caso.
Se supo que el fiscal penal 3 Horacio Córdoba Mazuranic no pedirá el desalojo porque sigue vigente el proceso de mediación. Sin embargo, la preocupación está puesta en las familias asentadas allí y los barrios en torno al asentamiento pudiendo este convertirse en un foco de contagio. Otra preocupación es por el entorno presente en el Centro Ciívio Grand Bourg, donde Yuthiel se hizo presente por reuniones. Finalmente, la alarma también está puesta en los periodistas, camarógrafos y políticos que estuvieron in situ en los últimos días.
La imputación que pesa sobre Yuthiel
El fiscal penal Córdoba Mazuranic, lo imputó por los delitos de entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte y comunicación (2 hechos), lesiones leves, coacción, amenazas, coacción agravada y retención indebida (4 hechos) a partir de 11 actuaciones iniciadas ante las denuncias radicadas por personas que participaron del asentamiento y vecinos de la zona en su contra.
También se le imputó los delitos de turbación de aguas y desobediencia judicial en concurso real. Todo comenzó a partir de la denuncia radicada por los representantes de la empresa Aguas del Norte por una excavación que realizó junto a otras personas. La misma se logró hasta acceder a un caño de la red pública de distribución de agua, y provocaron una rotura en el mismo.
Con la finalidad de efectuar una conexión clandestina para el asentamiento, causó un perjuicio en los demás vecinos de la zona. En este sentido, la comunidad circundante vio mermada su distribución y normal acceso al servicio de agua potable. Ante la situación sanitaria existente, la audiencia se realizó con el imputado desde su lugar de detención, por videollamada. Mientras tanto, el fiscal con los abogados defensores lo hicieron desde la sede fiscal.
Alderete, luego de conocer las acusaciones en su contra, se abstuvo de declarar y Córdoba Mazuranic, solicitó al Juzgado de Garantías interviniente, su prisión preventiva.
Causas por violencia de género
Los asentados de la ocupación se movilizaron ayer hasta la avenida Tavella para exigir su liberación. Uno de los manifestantes sostuvo que Alderete no es líder del asentamiento ni dirigente político. Al contrario, explicaron que es uno de los que «lucha por la gente que no tiene nada, lucha por los pobres». Sin embargo, pesan sobre el imputado acusaciones por violencia de género. Según consta en el Juzgado de Violencia Familiar y de Género Nº 2, “Yuthiel” Alderete recibió la orden judicial de exclusión de hogar por una causa de supuesta violencia de género contra una joven.
Se dispuso que “deje el domicilio” que compartía con la víctima. Además fue denunciado por al menos dos mujeres. Una de ellas es una joven de 24 años, quien vivió más de un mes en el asentamiento y trabajó en el merendero, hasta que fue violentamente expulsada por Alderete en junio pasado. Un mes después otra joven de 21 años sufrió un ataque similar. La misma relató que la echaron a golpes, junto a otras seis familias, porque no estaba cuando tomaron lista.
