Divertida, espontánea, sin filtro y siempre con un humor realmente desopilante, Lizy Tagliani ha logrado robarse el corazón de todos los televidentes que se divierten con cada una de sus ocurrencias. Sin embargo, esta vez sorprendió a todos con una publicación en sus redes sociales, más específicamente en su cuenta de Instagram, donde mostró una foto de su niñez con una fuertísima y dura reflexión respecto al día que se conmemoró el domingo.
En lo que fue un posteo con mucha repercusión y mensajes de apoyo de parte de los famosos, Lizy comenzó de esta manera su contundente descargo. “Feliz día… yo no podría ser feliz si mi niño sufrió. Agradezco tanto a mi mamá por acompañarme siempre. Y deseo de corazón que cada adulto pueda entender la importancia de una infancia feliz y no solo materialmente hablando…», manifestó.
Después, la foto en blanco y negro que tenía la figura de Lizy Tagliani tuvo una culminación muy emotiva en cuanto a lo que fue su dura etapa de infante. «Amaba y amo los regalos desde muy pequeña pero nunca nada fue más hermoso que tomar la mano de mi mama y encarar para la parada del colectivo o para el almacén o para donde sea… sabía que de su mano siempre sería feliz y estaría segura”, sostuvo.
El recuerdo de Lizy Tagliani sobre los últimos días de la Floppy Cucu
De manera reciente, la conductora de «El precio justo» supo brindar detalles de un momento doloroso en su vida como lo fue el fallecimiento de La Floppy Cucu. En diálogo con Marley en «Por el mundo», la novia de Leo Alturria se quebró al dar más aspectos de lo que fue su charla con el doctor acerca de su exasistente. «La verdad es que el médico el primer día nos dijo que era muy grave, y yo ya ese día sospechaba el desenlace. Me lo imaginé porque me parecía que era tan real lo que decía la explicación del médico. Todos los pequeños detalles nos iban ayudando y la veíamos tan bien», expresó.
Por último, Lizy Tagliani recordó cómo se turnaban para cuidarla y dejó una confesión personal respecto al fallecimiento de Floppy Cucu. «Ella era una persona súper creyente y tenía como una negación, sentía que estaba en un spa. Todo el tiempo recibía chocolates y nos turnábamos para quedarnos con ella. La veíamos tan bien que uno empieza a decir: ‘Los médicos mienten, se atajan por las dudas y dicen que es grave pero no es así. Lo dicen porque tienen miedo de que después pase algo’. Te juro por mi mamá que pensaba que era todo una mentira del médico, porque estaba tan bien», concluyó.