Dos exestudiantes de su escuela de actuación denunciaron a James Franco a principios de 2018. En ese momento, el intérprete sólo recibía elogios por su labor en «The Disaster Artist«, pero varios medios aseguran que el incidente le impidió ser nominado a un Oscar. Casi dos años después, el comediante se defiende de las acusaciones en un tribunal.
Franco le pidió a un tribunal que desestime una demanda colectiva en su contra. El actor alega que se están explotando las bondades del movimiento #MeToo para un beneficio personal y que «han atrapado a un hombre inocente». Estos detalles aparecen en la demora presentada el viernes por los abogados de la estrella de Hollywood.
Según Variety, los representantes legales del actor alegan que la demanda es salaz y falsa. Además, informaron que se presentó con el «objetivo obvio de conseguir la mayor publicidad posible para los demandantes hambrientos de atención». Las denuncias fueron presentadas formalmente en octubre por parte de Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal.
Franco dio una «master class» sobre escenas de sexo. La demanda alega que esa clase de la escuela de actuación del actor, llamada Studio 4, era sólo una oportunidad más para él y sus amigos de explotar sexualmente a los jóvenes estudiantes. Las demandantes afirman que eran objetivadas y que las que estaban dispuestas a desnudarse recibían un trato especial.
James Franco se destacó a sí mismo como un creyente del movimiento #MeToo
La historia de Kaplan y Tither se presentó por primera vez en enero de 2018. Época en el que el movimiento #MeToo y su compañero Times Up tuvieron su apogeo en las redes sociales y en Hollywood tras las revelaciones sobre Harvey Weinstein. En el demurrer, los abogados de Franco alegan que Tither-Kaplan decidieron «subirse al tren e insertarse en el insaciable apetito de los medios de comunicación para arruinar a la siguiente celebridad».
El demurrer describe a Franco como «un ardiente creyente en la rectitud de los movimientos #MeToo y Times Up». El mismo argumenta que los movimientos han derribado a muchos «individuos reprensibles», pero que en este caso, «también han atrapado a un hombre inocente». «Franco está haciendo lo que es mejor para él: negar a la fuerza las acusaciones burlonas y falsas, pero apoyando el derecho de sus acusadores a su día en el tribunal», escribieron sus abogados. «Al final, Franco confía en que será reivindicado».
