Larry King, el veterano presentador de radio y televisión conocido por sus entrevistas exclusivas murió a los 87 años. La compañía de King, Ora Media, compartió la noticia en las redes sociales señalando que el presentador murió la madrugada del sábado en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles. No se dio la causa de la muerte, aunque King fue hospitalizado con COVID-19 a principios de este mes.
«Durante 63 años y en las plataformas de radio, televisión y medios digitales, las miles de entrevistas, premios y elogios globales de Larry King son un testimonio de su talento único y duradero como locutor», dice el comunicado. «Además, aunque era su nombre el que aparecía en los títulos de los programas, Larry siempre veía a los sujetos de sus entrevistas como las verdaderas estrellas de sus programas, y a sí mismo como un simple conducto imparcial entre el invitado y la audiencia».
«Los arreglos para el funeral y un servicio conmemorativo se anunciarán más adelante en coordinación con la familia King, quienes solicitan su privacidad en este momento», señala. La muerte de King se produce después de años de presentar problemas de salud, incluida una batalla de más de 30 años contra enfermedades cardíacas. En 1987, King se sometió a una cirugía de bypass cuádruple después de sufrir un infarto. En 2017, King fue diagnosticado con cáncer de pulmón y se sometió a una cirugía exitosa para extirpar el lóbulo superior y el ganglio linfático, confirmó más tarde su representante.
Los problemas de salud
El anfitrión regresó al trabajo solo dos semanas después de su difícil operación. En abril de 2019, King se sometió a un procedimiento de angioplastia y se agregaron períodos de tiempo a su corazón. Más tarde ese año, reveló que sufrió un derrame cerebral después del procedimiento cardíaco y estuvo en coma durante un par de semanas. Como se explica en su libro de 2004 Taking on Heart Disease, el ataque cardíaco inicial fue provocado por su estilo de vida poco saludable.
«A principios de 1987 fumaba tres paquetes de cigarrillos Nat Sherman al día, comía esto y aquello frito, disfrutaba de chuletas de cordero con mucha grasa porque eso siempre mejora el sabor, pedía crema de plátano o tarta de merengue de limón de postre…», recordó. «Pero cuando miro hacia atrás en los eventos que llevaron a ese día en que ya sabes lo que sucedió, recuerdo que la gente me miró».
