Kate Winslet reveló que tuvo una ligera caída en su carrera luego de protagonizar «Titanic» en 1997. La actriz protagonizó junto a Leonardo DiCaprio la épica historia de amor dirigida por James Cameron ambientada en el barco que se hundió después de chocar contra un iceberg en 1912. La película fue uno de los mayores éxitos del año, obteniendo 11 premios de la Academia en 1998. Aunque no ganó, Kate Winslet fue nominada ese año a la mejor actriz en su papel principal como Rose DeWitt Bukater.
Apareciendo en un panel de mujeres que incluía a Michelle Pfeiffer, Rashida Jones, Vanessa Kirby y Andra Day para un especial de Los Angeles Times, se le preguntó a Kate Winslet sobre haber sido una actriz relativamente desconocida, a pesar de tener una nominación a mejor actriz de reparto por su interpretación en «Sentido y sensibilidad» en 1996, a navegar por las turbulentas aguas de Hollywood. Winslet explicó que, en ese momento, tenía la sensación de que no pertenecía a ese mundo.
«Estaba jugando en el mercado estadounidense por primera vez. Y esta trabajando con Leo, a quien había visto en ‘What’s Eating Gilbert Grape’ y en ‘Basketball Diaries’. Así que dije: ‘Dios mío, soy Kate la que lee'», explicó. «Yo era la chica con sobrepeso que siempre estaría al final de la línea. Y debido a que mi nombre comienza con W, a veces ni siquiera entraba por la puerta para la audición porque se les acababa el tiempo antes de llegar a la W. Ahora estaba haciendo ‘Titanic’. Era una locura».
La transformación de Kate Winslet
Jones le preguntó a la actriz cómo, a una edad temprana, parecía tener la previsión de evitar la presión de Hollywood para capitalizar a su estrellato en ascenso, optando en cambio por empresas artísticas más independientes antes de consolidarse como el nombre familiar que es hoy. «La respuesta honesta es que le tenía miedo a Hollywood. Un lugar grande y aterrador, donde todos tenían que ser delgados y lucir de cierta manera. Y yo sabía que no me veía de esa manera ni sentía que encajaba allí, si estaba alguna iba a pertenecer, tenía que ganarme mi lugar. Y para mí, no me lo había ganado», confesó.
La estrella continuó señalando que le preocupaba que «Titanic» fuera una «casualidad» y que, a pesar de tener dos nominaciones a los premios de la Academia a sus espaldas, sentía que no podía competir con actrices más jóvenes y en forma que compiten por la popularidad. No fue hasta que pasó por un evento importante en su vida que encontró el coraje para dominar el mundo del espectáculo.
