SALTA (Redacción) – Me pasa; nos pasa. El presente nos pone en una situación de igualdad desde la vulnerabilidad misma; una circunstancia en la que no hay diferencia alguna. No hay ideología, religión, color ni geografía que resista tanta verdad, tan irrefutable. Es la realidad de este mundo, mutando la piel porque es lo que toca, o quizás lo que nos toca. Vale hace un mea culpa cuando algún tema se nos va de las manos.
“Coronavirus” es el nombre de esta crisis humanitaria. Algunos piensan que se asemeja al título del gran libro de Gabriel García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada”. Otros tantos, deciden descargar la culpa en los chinos y sus costumbres, ni más ni menos. Hay quienes creen que se trata de un reloj biológico de la Tierra, que no podemos detener, que simplemente es algo que sucederá, tarde o temprano.
¿Posturas? Hay tantas como seres humanos habitando este planeta. Cada decisión, cada acción, cada reacción es una manifestación de una conducta individual, más allá de toda influencia social y cultural. Sin dudas, esta crisis y el encierro que viene adherido a ella, nos pone en jaque, nos obliga a mirarnos al espejo, nos estimula a replantearnos nuestra manera de existir.
Algunos están más preparados que otros. Y no, no hablo de dinero ni de cuan llena este la alacena. Marcela Juan Pomar es Coach especialista en Desarrollo y Ontología. Actualmente, es Directora de Nexo Coaching, una consultora encargada de crear bienestar, acompañado a las personas y organizaciones en la búsqueda de su razón de ser en este mundo. Para ello combinan lo mejor de: coaching ontológico, estratégico, PNL, Neurociencia y Psych K.
Se trata de la procesión que va por dentro. “Lo que sucede me afecta porque nos afecta a todos. Es algo desconocido. Es nuevo para todo ser humano estar en este plano. Yo elijo – porque hay algo que nadie puede quitarnos en la vida, y es el libre albedrío – cómo vivir la vida independientemente de lo que esté ocurriendo afuera. Entonces, me afecta de manera positiva”, explica Marcela.
“Al principio fue un shock, me dije a mí misma: ¿Qué hago con esto? Entonces, empecé a gestionar todo lo que me estaba pasando. Lo veo como una única oportunidad para todos los que pasen por esto y elijan vivir de esta manera. Estoy haciendo cambios. Quiero aprovechar este tiempo precioso para preguntarme, cuestionarme, crecer, aprender cultivarme y ser más consciente”, analiza, mientras me cuenta que decidió retomar la redacción de su libro, materia pendiente desde el 2012.
Viví hoy: cortito y al pie
Marcela no se queda en las palabras. Es el ejemplo. Se resume en todas aquellas decisiones que emprende y los hechos que experimenta cada día de su vida. En momentos como este, buscamos aquello que nos haga bien, o al menos, pinte el paisaje con otros colores. Podemos ocuparnos de lo que nos acontece, sin la necesidad de caer en un círculo vicioso tan peligroso como aquel que sale de casa, sin remordimiento.
Es un momento único en la historia, un momento precioso. La vida no es mañana, ni en julio, menos aun cuando pase la cuarentena. La vida es hoy, ocurre hoy. Ahora mismo estás grabando en tu memoria todo lo que estés haciendo. Mi profesión es acompañar a las personas en procesos de cambio. El cambio produce miedo en todas las personas; el tema es qué hacemos con ese miedo y cómo lo gestionamos”, advierte.
Marce comprende que ningún ser humano en este mundo, ni el más poderoso, puede tener el control del tiempo y el espacio. Las reglas cambian todo el tiempo. No hay nadie que pueda saber cómo drenará mañana todo lo que solamente está sucediendo hoy. En este sentido, cuando el cambio siempre inesperado, nos toca la puerta, con todo su ímpetu y revolución, más vale pararnos firmes con los pies en la Tierra y la mente despierta.
“Aprovechá el presente para aprender, para cultivarte, encontrarte con vos mismo, disfrutar con tu familia, incluso para estar en silencio. Hay muchos dirigentes que en este momento son los responsables de pensar cómo todo esto va a seguir y ordenarse. Vos simplemente aprende a confiar en el devenir de la vida, porque pienso que todo esto sobrepasa desde el poder de los seres humanos, va más allá de cualquiera de nosotros”, profundiza.
¿Qué lectura hacemos?: la autogestión emocional como interpretación de la crisis
Desde su espacio, este gran equipo de profesionales nos ofrece la oportunidad de primero, creer en que es posible cambiar nuestro lente y segundo, revertir al menos aquello que pasa puertas adentro, en nuestra mente y nuestro corazón. “Los seres humanos tenemos muchos títulos pero no sabemos gestionar nuestra emociones, no sabemos ni cómo las creamos. Y precisamente, lo que ocurre hoy nos produce emociones”, reflexiona.
Es probable que todavía para muchas personas esto no sea prioritario. Lejos de ser algo superficial, está pasando y está pasando dentro. ”Es importante que hagas algo para aprender a gestionar todo tu campo emocional, tus interpretaciones, que te des cuenta que son eso, interpretaciones que te generan emociones. Desde nuestros talleres, les enseñamos a interpretar una situación de mil maneras diferentes y elegir aquella que nos de fe, esperanza, visión y paz”, invita Marce.
Este tipo de cimbronazos, disparan manifestaciones de todo tipo, como si de efectos colaterales se tratase. Todos devenidos del mismo dilema: es hoy o es mañana. Viene bien preguntarte si llegaste hasta aquí, de qué lado estás. “No sabemos qué va pasar con esta situación y queremos planificar. La vida es hoy y las decisiones que tomamos hoy son las que nos llevan al futuro. Nos cuesta vivir en el presente, tanto como darnos cuenta de ello”, asegura Marce.
Claro está que el presente se tiñe de crisis, pero la crisis trae consigo un duelo, y más tarde, una oportunidad. Marcela entiende a las crisis como hechos históricos, traídos con el origen de la humanidad. Los interpreta como espacios de crecimiento y evolución, un mensaje superior de aquello en lo que elijamos creer. “Los cambios siempre vienen con una sacudida fuerte, pero la tormenta permite construir y deconstruir de una forma más sana, inteligente y próspera”, aclara.
En otras palabras, se trata de una insólita invitación para parar y tomar conciencia desde el único presente que atravesamos, cambiando los sistemas económicos, la forma en que vivimos y cómo nos relacionamos. “Necesitamos vivir en mundos menos opresores y más felices”, son las palabras con las que Marce elige describir su misión personal y profesional.
Planes cama adentro: entrenando el cerebro con lo que hay y no con lo que falta
Marcela nos explica que el caos es una garantía, casi como un pico de presión devenido del encierro y el revuelto emocional. Pero luego, sale el Sol. Cuando cambian las circunstancias, pareciera nos quedamos desprovistos y expuestos. Lo cierto es que con el tiempo nos acomodamos, nos acostumbramos y nos adaptamos. Marcela nos recomienda algunos planes para agenda y empezar a poner manos a la obra. Que este tiempo nos encuentre dentro de cada, pero en acción.
- Música: encontremos canciones que nos conecten con emociones positivas. Se sugiere la música clásica, en 432 Hz, una vibración que es funcional al momento de armonizar y elevar la frecuencia vibratoria del hogar. Un recurso poderoso al momento de armonizar y equilibrar.
- Literatura: acomodá los papeles que todavía están dando vuelta y encontrá libros, nuevos o que hayas leído. Siempre encontraremos significados novedosos para una misma lectura. Explorar Internet en búsqueda de libros online o para descargar es otra gran opción. Podemos dar incluso con audiolibros, dedicados a aquellos más flojitos al momento de leer.
En este punto se sugiere el libro “La magia” de Rhonda Byrne, el cual se puede descargar en PDF. Contiene ejercicios para hacer diariamente, cambiar el rumbo de nuestra vida y descubrir el poder de la gratitud.
- Meditaciones y ejercicio físico: ingresemos a YouTube en busca de meditaciones que respondan a aquello que sentimos en un determinado momento, las hay para todos los gustos e instancias. Aprendamos a observar (nos).
- Cursos y talleres: es un gran momento para adquirir habilidades y aprendizajes por Internet, sea cual sea el tema que nos inquiete.
“Busca actividades que te permitan hacer algo mientras estás aprendiendo. Pregúntate: ¿Cuál es el nuevo aprendizaje a partir de esto que voy a hacer? El aprendizaje nos da alegría ya que es sinónimo de progreso. Indaga, elegí. Que tu cerebro se enfoque en esa actividad. Se trata de hacer una mirada hacia el futuro para ver en quien te querés convertir, no del futuro sobre qué pasará en las noticias. Cuando esto pase, la idea es que salgas airoso, que hayas aprendido en algo, que te hayas convertido”, concluye Marcela.
