Luego de una relación de casi diez años con Diego Armando Maradona que dejó a Dieguito Fernando como fruto, Verónica Ojeda se encuentra apostando al amor nuevamente. La rubia presentó públicamente a Mario Baudry, quien se desempeña como abogado. Sin embargo, debido a la cuarentena obligatoria, la mujer en cuestión no puede pasar sus días junto a su novio, pero sí lo hace con su pequeño, quien lamentablemente padece de Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).
En diálogo con «Intrusos», la madre de Dieguito Fernando contó cómo atraviesa la cuarentena en estos momentos. «Estoy muy bien, hablo con mi familia, mi pareja, lo que pasa es que es un tema, es difícil y estar sola con tu hijo, es muy difícil», dijo. Los panelistas le consultaron por qué no había nadie más con ellos. La rubia confesó que como sus papás son mayores y forman parte de las personas en riesgo por el coronavirus, decidieron pasarlo en casas separadas. Pero aclaró que está muy bien acompañada.
Luego, pensando en la salud de parte de su pequeño, la exesposa del «10» contó qué medida tomó respecto al mismo sabiendo que no ostenta un gran nivel económico. «Desde el año pasado yo saqué Certificado Único de Discapacidad, ese te cubre la obra social todos los tratamientos que tiene que hacer por ejemplo mi hijo. No me da vergüenza decir que tengo un certificado porque eso me habilita a un montón de cosas», reveló.
¿Qué dijo Verónica Ojeda respecto al vínculo con Diego Maradona en México?
Posteriormente, quien supo afrontar una buena parte de la carrera como entrenador de Diego contó la convivencia que atraviesa en pleno aislamiento con Dieguito. «Si yo tengo que salir unas cuadras tengo la posibilidad de sacarlo a dar una vuelta con la camioneta, por ejemplo. Aunque no quiero salir de mi casa, estoy bien acá, aprendí a cocinar. A veces no sé qué cocinarle a Dieguito, come muchas milanesas, hamburguesas, yo se las hago caseras pero no es lo mismo», aseveró.
Por último, Verónica Ojeda se refirió a los años donde acompañó al campeón del mundo en 1986 cuando dirigió el Dorados de Sinaloa en México. «Por respeto a mi hijo no voy a hablar, el día de mañana quizá él quiere contar lo que pasamos juntos en México. Siempre queda todo asentado, y el día de mañana se va a poner en frente y me va a preguntar. Prefiero quedarme callado, llamarme a silencio y lo único que te puedo decir es que vine muy dolida, la remé siempre y sigo adelante con mi hijo», sentenció.
