Dentro de lo que es el Coronavirus y los millones de contagiados sumando todo el mundo, una de las que supo sufrirlo pero afortunadamente superarlo al poco tiempo fue Oriana Sabatini. La realidad es que la mencionada vive en Italia con su novio Paulo Dybala, futbolista de la Juventus, y la Argentina dio positivo hace varios meses atrás en el hisopado que supo llevar a cabo, aunque su caso era asintomática y nunca sufrió algún síntoma como los que los médicos indican que podrían dar indicios a dicha pandemia. La que habló sobre todo lo que fue vivir este hecho desde lejos fue su mamá, Catherine Fulop.
En diálogo con Federico Bal y el programa que lleva a cabo en Radio Late, la conductora contestó qué fue lo que sintió internamente cuando en marzo llegó la noticia que no hubiese querido escuchar junto a su esposo Ova. “Tomé la postura de quedarme tranquila después de que pasó lo de Ori que tuvo coronavirus. Es como que quedamos un poco sentidos con esa preocupación», manifestó.
Luego, Catherine Fulop dio otros de los tips que la llevaron a tener un grado alto de calma mientras Oriana Sabatini iba superando lentamente la enfermedad que azotó el mundo. «Y después no me enganché en estar dando todo el tiempo entrevistas y hacer Skype. Como estamos tan susceptibles hay que tener cuidado con lo que se habla y se dice, entonces dije ‘no, me quedo tranquila en casa’, después esto pasará y uno retomará la vida”, expresó.
La preocupación de Catherine y Ova por Oriana Sabatini
A su vez, la venezolana añadió más detalles de lo difícil que se tornaba pensar demasiado en alguien que estaba a miles de kilómetros de su hogar. “La cotidianeidad, esa cosa de verla, tomarme un café con ella y charlar en vivo. Hablamos casi todos los días, pero la distancia es angustiante, o la cosa prohibida de no poder ir y tocarle la puerta para abrazarla. Eso te llena de un ‘sinsabor’, además de la incertidumbre de este virus que uno no sabe cómo realmente actúa. Eso fue bastante heavy», indicó.
De esta manera culminó Catherine Fulop todo lo que afrontó desde su hogar con lo que acontecía en la vida de Oriana Sabatini. «Tuvimos mucho miedo, la amargura de Ova era increíble. Yo pensaba, ¿hasta cuándo va a ser así? Yo trataba de no pensar en la fatalidad. Pensaba en positivo, que Ori y su novio son jóvenes, fuertes, que están bien y todo el tiempo estaba eso en mi cabeza. Fue una cosa muy extraña empezar la cuarentena ahí», selló.
