Ya hace un tiempo largo que Rocío Oliva no forma parte del mundo Maradona. La rubia se salió del famoso «entorno» que rodea al 10 e incluso cambió su número de teléfono para no tener nada que ver con todo el asunto. Sin embargo, al ser consultada en «Polémica en el bar» por el escándalo que se originó en las redes entre el campeón del mundo en México 86 y sus primeras hijas Dalma y Gianinna, ella eligió un bando.
En una visita a Intrusos, Gianinna deslizó la posibilidad de recurrir a la Justicia para que su padre trate su adicción al alcohol con especialistas. Además, dio detalles sobre los festejos por su último cumpleaños que generaron mucha preocupación en todos los maradonianos. En ese contexto, Rocío Oliva, que tuvo una relación de más de seis años con Diego y luego pidió un arreglo económico cuando su amor terminó, opinó al respecto.
“A mí no me corresponde decir si está para internarlo o tantas cosas que se dicen. Pero si lo veo mal voy a estar de acuerdo, en este caso con sus hijas, con su ex o con quien tenga la opinión de que eso es lo mejor para Diego. Me parece que todos queremos verlo bien y, si eso es lo mejor para él, está bien”, explicó Rocío Oliva. En añadidura, la futbolista también se animó a opinar sobre el famoso y polémico «entorno» del actual DT de Gimnasia La Plata.
“Se escuchó de todas las personas que estuvieron en el trono con él. En un momento fue (Verónica) Ojeda, en otro Rocío…Quién esté en ese momento gobernando, va a ser el culpable del entorno malo”, aseguró. A pesar de haberse puesto al lado de Dalma y Gianinna, les tiró un palito al descreer que alguien realmente les prohíba ver a Diego.
“Yo tengo otra forma de pensar y de accionar. Yo, hija, voy a la puerta del country a ver a mi papá y no me saca nadie. Es mi forma, yo no mandaría un mensaje. No digo que esté mal. Pero las chicas saben dónde vive. Y yo, en su lugar, voy y hasta que no lo vea no me voy tranquila”, dijo la rubia respecto a lo que ella haría en lugar de las hijas del Diego. En añadidura, aseguró que Maradona «tiene sus momentos» y cabe la posibilidad de que él no quiera verlas.
