Bienvenidos a bordo se reformuló en tiempos de pandemia para continuar saliendo al aire. La producción decidió darles una oportunidad a los taxistas de ser parte del show y participar en diferentes juegos en donde pueden ganar dinero o incluso un auto nuevo para cumplir con sus tareas. Este úlitimo jueves, Guido Kaczka vivió un momento más que emotivo con un participante.
Walter Minervino jugó en la ruleta para ganarse el taxi 0 km y la licencia para conducirlo. Entonces, él comenzó a rezarle a su hijo muerto para tener suerte. El trabajador contó que actualmente es chofer y le alquila el auto a su hermano. Tras sacar un bonus de 10 mil pesos en su primer tiro, Walter levantó los brazos al cielo, miró hacia arriba y habló en voz baja pero con la claridad suficiente para ser distinguida por el conductor.
“¿A quién le hablás?”, atinó a preguntar Guido Kaczka. “A mi hijo querido que está en el cielo, para que me mande el auto», confesó entre lágrimas. Esas palabras llenaron de emoción a todos en el estudio. “Yago se me fue en febrero y me va a dar suerte”, agregó sobre su reciente pérdida. Su hijo tenía 30 años y falleció siete meses atrás, en un accidente en Iguazú.
La historia de Walter impactó en el conductor de Bienvenidos a Bordo, quien le dedicó unas palabras. “Qué amor de tipo que sos. Con la alegría que jugaste y ahora te acordás de eso, que es parte total de tu vida, y un poco también de la mía. La verdad es que te iría a dar un abrazo”, expresó Guido con su mirada llena de sensibilidad hacia el participante que estaba profundamente emocionado.
Lamentablemente, el señor no logró cumplir su objetivo de ganarse el taxi. Pero si se fue feliz con los 10 mil pesos que ganó. Ya el último lunes, el programa había vuelto al aire después de que Guido superara el coronavirus. El conductor confirmó que le habían diagnosticado la enfermedad el 31 de agosto tras la ola de casos positivos en La 100, la radio en la que trabaja.