SALTA (Redacción) – Sustos, versiones cruzadas y errores de comunicación en el Gobierno. Los últimos días no han sido los mejores para la administración que asumió el ya lejano 10 de diciembre de 2019. No porque en el norte hayan muerto dos menores por la extrema pobreza. Tampoco porque se empezaron a conocer más casos positivos de coronavirus en Salta. Son días difíciles para el Gobierno que conduce Gustavo Sáenz porque por primera vez sus propias primeras filas hacen públicas las internas.
Son momentos sensibles. La sociedad fluctúa entre sensaciones de temor y otras de incertidumbre. Y al parecer, el gobierno salteño no es ajeno a estos humores.
En la última semana, no han sido pocas las fallas de comunicación entre los principales funcionarios del Gabinete. Más de una vez, adrede, han filtrado a los medios información sensible y poco chequeada. En pocos días, las noticias sobre el posible contagio de varios ministros sembraron el pánico. Sobre todo, porque todos ellos han participado activamente de las acciones de gobierno junto al Gobernador.
Puntualmente, fueron dos casos los que se dieron a conocer. El del ministro de Turismo Mario Peña y el de la ministra de Salud Josefina Medrano. En los últimos días, ambos funcionarios recorrieron y supervisaron personalmente junto a Sáenz sitios críticos en materia de exposición: terminales aéreas y terrestres, fronteras, centros sanitarios y lugares de masiva concurrencia, como supermercados, edificios públicos y hasta transportes de pasajeros.
La noticia generó pánico no solo en el entorno de los funcionarios involucrados. También hubo preocupación en la gente: los mensajes en las redes sociales, las noticias virales en los portales web y los comentarios de la radio y la televisión generaron una nociva burbuja informativa.
El caso del ministro Peña finalmente fue descartado con el correr de las horas. El estudio en laboratorio rechazó la presencia de Covid 19 y la tranquilidad volvió al gabinete. No obstante, la experiencia que generó la cuarentena mediática de Peña generó severos reproches en torno al manejo de la comunicación durante la crisis.
La gota que rebalsó el vaso puertas adentro del caldeado Grand Bourg fue la bomba informativa que difundió el secretario general de la Gobernación, Matías Posadas, ya sobre la jornada del miércoles, como para que la gente se vaya a dormir tranquila.
En televisión abierta, Posadas informó que la ministra Medrano estaba aislada en cuarentena y posiblemente infectada por coronavirus. Sin estudios que respalden la información, más allá de la sospecha por síntomas, la preocupación que masificó Posadas cayó como un baldazo de agua fría. La información fue desmentida por la misma ministra de Salud quién en conferencia de prensa lo descartó por completo y se mostró trabajando con normalidad.
