Tras la muerte de Diego Maradona comenzaron a surgir múltiples conflictos. Llegaron a la justicia problemas con la herencia y averiguaciones sobre las causas de su muerte. Pero además empezaron a multiplicarse los reclamos vinculados con el ADN para saber qué otros hijos dejó Maradona sin reconocer, entre ellos: Santiago Lara y Magalí Gil. En este sentido, Dalma y Gianinna Maradona tuvieron un gran gesto con el pequeño Dieguito Fernando.
En este contexto, el abogado y además pareja de Verónica Ojeda dijo lo siguiente: «Nosotros ofrecimos aportar el ADN de Dieguito. Las técnicas hoy son muy rápidas, con un hisopado de saliva el nene ni se entera que le hacen el ADN. Con el pelo tranquilamente se puede hacer. Para evitar todo el circo que generan estas presentaciones, y el derecho que tienen algunos hijos a saber su realidad».
Luego, agregó a su explicación: «Verónica me pidió que ofrezca el ADN, independientemente de que en la causa guardé cuatro muestras que se hicieron el día de la muerte, y que están con cadena de custodia judicial, firmado por la fiscalía y los abogados intervinientes” sosteniendo que más allá de las cuestiones particulares, deciden respetar el reclamo de las personas que necesitan saber su identidad.
En este sentido, sumó que tanto Dalma Maradona como Gianinna se comunicaron con él y con Verónica Ojeda. El fin sería no exponer al pequeño Dieguito Fernando en estos problemas, pero además evitar la exhumación del cadáver del ídolo del fútbol. «Dalma me dijo lo mismo. Ella misma se ofrecía para hacerse el ADN. Dalma me lo transmitió en forma personal. Y ayer Gianinna también la llamó a Verónica para ofrecerse también».
Por último, agregó: «Para que no lo molesten a Dieguito estamos todos en el mismo sentido, no hay inconvenientes». Las hijas de Diego y Claudia, ya habiendo pasado por numerosos conflictos de esta índole, tuvieron este afectuoso gesto con su medio hermano más pequeño. De esta forma se podría cumplir con el reclamo de los demandantes de la manera más rápida y menos dolorosa posible.
