Hace dos años, Mauro Zárate rompió todos los moldes al aceptar una gran oferta desde lo contractual para jugar en Boca y abandonar Vélez de manera libre y con el pase en su poder. Esto generó mucho enojo de parte de los hinchas del equipo donde surgió profesionalmente, quienes no le perdonaron la decisión que tomó, el cual luego siguió con muchos insultos en las redes sociales hacia su persona y lamentablemente la cultura de la violencia llegó hacia su familia, donde su esposa Natalie Weber y sus hijos fueron amenazados.
Recordemos que muchos le achacan como «traición» a lo que eligió en su madura carrera de 30 años de edad (en ese entonces), más que nada porque se basan en una frase suya en enero de 2018 donde mencionó que nunca se iría a otro club argentino que no fuera el Fortín, algo que seis meses después cambió de opinión. La modelo antes mencionada recordó lo que aconteció en su vida cuando la polémica se instaló en ese entonces.
En diálogo con «Todxs jugamos», Natalie Weber recordó lo que vivió en su casa en un momento en el que su esposo se hallaba en los entrenamientos con el por entonces equipo que dirigía Guillermo Barros Schelotto. «Cuando Mauro se fue a su primera pretemporada con Boca, recuerdo estar bañándome y tener el miedo de que alguien entre a mi casa y mate a mis hijos. Sentía miedo de verdad, de noche no dormía y durante el día no quería salir», expresó.
Los terribles momentos que vivió Natalie Weber ante el traspaso de Mauro Zárate
A su vez, la expanelista de «Intratables» amplió las amenazas que sufrió en esa época donde, por ejemplo, llegaron a amenazar de bomba al colegio de Rocco y Mía. «Nunca me había pasado recibir fotos de Mauro con armas al lado. Para mí era todo nuevo. Me mandaban pancartas y fotos a la puerta de mi casa diciendo que iban a descuartizar a Rocco, mi hijo que tenía dos años. Tenía enfrente personas con una mente enferma», manifestó.
Por último, Natalie Weber contó que nunca le expresó a sus hijos lo que supieron afrontar en la etapa en que Mauro Zárate se calzó la camiseta azul y oro. «En ese momento a la nena no le conté nada, mi hija recién tuvo idea de lo que pasó porque un compañerito de la escuela que era hijo de un hincha de Vélez, se encargó de hacérselo saber. No salimos de casa por un tiempo prolongado. De las amenazas los chicos no se enteraban porque yo no sé las contaba», selló.
