Luego de varios años de carrera como una de las figuras más fuertes del colectivo trans en Argentina, Flor de la V tuvo que cambiarse de nombre. En sus primeros pasos en el mundo del espectáculo, Florencia de la Vega pisaba fuerte mediáticamente hablando. Sin embargo, esa misma fama sería lo que la llevaría hacía un juicio en donde perdería el apellido que eligió usar en las primeras etapas de su vida artística.
“Yo arranqué como Florencia de la Vega como una broma. Porque todas nos poníamos nombres de fantasía”, reconoció la artista en una extensa entrevista a la reviste Gente. Tras consagrarse en la pantalla chica, ella sufrió un revés judicial que no solamente cambió su apellido, sino también su manera de ver el mundo. Desde entonces, se ha convertido en una voz siempre atenta para hablar de las reivindicaciones del colectivo trans.
¿Cómo fue que se vio obligada a elegir otro nombre artístico? “Una instrumentista quirúrgica me hizo juicio alegando que una travesti no podía tener ese nombre y la Justicia le dio la razón”, recordó en ese entonces. “A las travestis siempre nos cachetearon y nunca nos dieron la razón. Todos esos ataques me dieron la seguridad que hoy adquirí para decirlo con todas las palabras. Soy orgullosamente travesti y me gusta meter la militancia en los espacios que tengo”. añadió.
Por otro lado, Flor de la V recordó la oportunidad en la que escribió una solicitada donde pedía que sean tolerantes con ella. “Exigía que simplemente se me respetara como se respeta a cualquier ser humano por el sagrado hecho de serlo”, dijo. “La violencia transfóbica es muy alarmante y da mucho miedo. Siento que esta sociedad patriarcal sigue reproduciendo la intolerancia, la imagen espantosa con la que nos identificaron siempre a las travas, negativa y sexualizada”, agregó.
“Hoy puedo levantar mi documento con los mismos brazos que nunca bajé. Hoy puedo ser Florencia Trinidad con orgullo. Porque gente que luchó en silencio y supo que cuando una causa es justa, es buena para todos y todas”, dijo la actriz. A sus 45 años, la artista no solamente ha conseguido ser reconocida en las tablas y en la televisión. Sino que también formó a su familia junto a Pablo Goycoechea, con quien tiene dos hijos.