Emmanuel Horvilleur se decidió a componer en tiempos de cuarentena y de ahí nació su próximo disco. En una entrevista reciente con Teleshow, el artista que compartió Illya Kuryaki and the Valderramas con Dante Spinetta y fue furor en los noventa, se abrió sobre un aspecto muy íntimo de su vida. Tal como es el hecho de reconectarse con su padre biológico tras varios años sin la posibilidad de verlo.
«Mi madre se separó de Juan Horvilleur cuando yo tenía un año y medio. Él se fue a vivir a Europa y no lo vi en toda mi niñez. Cuando tenía 22 años, vino a ver un show de Illya Kuryaki de la época de Chaco. Después volvió, y hace un par de años hicimos una gira en España, Alemania, Francia, Holanda, y vino con mi tío y volví a verlo después de otros muchos años, casi 20″, reveló el famoso cantante.
«Revolvimos un poco la historia de Horvilleur, de mi abuelo, y un montón de cuestiones que ni sabía. Se empezaron a abrir cosas. Xavier (su último disco) habla un poco de ese descubrimiento», reflexionó el reconocido artista. Luego, Emmanuel Horvilleur fue consultado acerca de si ese reconectar con sus orígenes fue una necesidad de su historia o sí solamente surgió para encontrarse con algo que no sabía.
«Obviamente, de chico sí, pero no se dio. No es tampoco que lo esté llorando porque mi mamá, al poco tiempo, se puso en pareja con Eduardo Martí, a quien considero mi padre. Tuvo a Lucas, a Guadalupe, que son mis hermanos, y todo entró en otra frecuencia», reconoció. «Horvilleur era como un personaje de historieta para mí: mi padre biológico. Entonces, verle la cara, los rasgos, que son los que tengo, fue fuerte. No me voy a hacer el boludo».
«Una noche, después de un show increíble con Kuryaki en Madrid, llegué al hotel y abrí la puerta del balcón. Se veía la Gran Vía y me puse a llorar de la emoción. Esa posibilidad que tenemos, a veces, de vivir escenas de películas muy zarpadas. Todo ese viaje fue eso, como una película. La pasé bien y me gustó que eso se moviera adentro mío; si no, es todo una fantasía», reconoció Horvilleur. «También me sirvió como padre, un poco de reparación que te permitís darte».
